La Comunidad Humana
El Animal
Humano
El Ser
Humano es, en principio, un animal más, pero, a diferencia del resto de los
animales, tiene un cerebro más grande y desarrollado capaz de hacer uso de la
Razón (Intelecto) lo cual le permite concebirse a sí mismo como un individuo,
es decir, como separado de su Entorno (“tomar Conciencia de Sí Mismo”), e
imaginar, concebir un Futuro.
El Cerebro está conformado por miles de neuronas muy
interrelacionadas e interconectadas entre sí. La capacidad y potencialidad del
Cerebro no depende sólo de la cantidad y tamaño de sus neuronas, sino
fundamentalmente de la estrecha y profunda
interrelación e interconexión entre ellas.
Este mayor cerebro le da también al Animal Humano, frente a un
estímulo desde su Entorno, la capacidad de demorar, modificar u oponerse
a la respuesta emocional automática gatillada, desde su biológica
emocionalidad animal, a este estímulo o
solicitación.
Todo
animal, en cambio, sigue ciega e inexorablemente este mandato natural emocional,
instintivo, sin posibilidad alguna de actuar sobre él contradiciéndolo o
modificándolo.
Aquí radica la esencial Libertad
del Hombre que significa su capacidad de liberarse de esta “esclavitud
emocional” de la Madre Naturaleza.
La Razón con sus memorias y este
campo emocional animal, donde residen las emociones y pulsiones, en general las
bio-energías que mueven a todo animal a
la acción, conforman la Siquis Humana dando origen a un Ente síquico, mental,
emocional, inmaterial, (¿”espiritual”?), propio de cada individuo humano, y que
se ha denominado como Mente,
“Alma”, Ethos, Cuerpo síquico, Inconsciente personal, etc.
El EGO
En esta Siquis humana emerge el
importantísimo y trascendente EGO, fundamental para la materialización de su
concepción de Individuo, característica esencial del Animal Humano.
En este contexto el EGO es una
“construcción síquica” que representa la “idea, la imagen, el concepto” que
todo Ser Humano se forja automáticamente de Si Mismo al “tomar conciencia” de su individualidad. Esta manifestación
síquica está anclada profundamente en su emocionalidad animal y es muy coherente
y consistente con su básico y trascendente “sentir”, experimentar una
individualidad existencial.
Este EGO juega un rol
importantísimo y crucial en el proceso de hominización, de crecimiento y
desarrollo humano-personal y de la esencial “individuación” del Animal Humano,
fundamental para alcanzar su realización humana plena.
La individualidad,
el Individuo, ha tenido un rol central en la evolución de la Vida Planetaria.
Ésta ha evolucionado creando primero a
Individuos muy básicos, los cuales luego se han agrupado entre sí
formando grupos definidos y concretos. Cada grupo ha dado origen a su vez a un
nuevo Individuo más grande y complejo, y
éstos, al agruparse nuevamente entre sí,
han creado nuevos grupos que se transformaron en nuevos individuos más
poderosos, y así sucesivamente.
En
este proceso existencial el “Individuo”, la “individuación” es fundamental.
La Comunidad humana
Ahora
bien, el Ser Humano es un animal gregario, vive agrupado en comunidad, y
debe llevar a cabo desde su nacimiento un largo y complejo proceso de
crecimiento, desarrollo e individuación humano-personal para llegar a la
adultez, es decir, para convertirse en Hombre pleno y maduro capaz de entregar
su mejor y mayor aporte a su Comunidad.
Este trascendental proceso de
Hominización lo debe realizar el Animal Humano con, en y dentro de un grupo
humano, su Comunidad, pero al mismo tiempo desarrollando plenamente su
individuación personal, condición central para alcanzar sus personales metas de
realización humanas que garantizarán su mayor aporte comunitario.
La Comunidad le es esencial al animal humano y es su fuente
de poder para cumplir su misión terráquea como co-constructor del Planeta.
Y éste como animal gregario posee
los genes de la fraternidad y solidaridad los cuales garantizarían su óptima
relación comunitaria.
Hoy estos genes están bloqueados y anulados por la actual cultura
neoliberal dominante, cruda y brutalmente egoísta.
Durante el s.XX se confrontaron
planetariamente dos visiones sociopolíticas respecto a esta trascendente
interrelación Comunidad-Individuo : La visión marxista que privilegió a la
Comunidad sobre el Individuo, mientras la Neoliberal, finalmente triunfante,
puso al Individuo sobre ésta.
El
Marxismo dio origen al repudiado Socialismo Real, mientras el Neoliberalismo
amenaza hoy la sobrevivencia humana.
Hoy s.XXI se plantea un sano equilibrio valórico entre ambos
conceptos humanizadores : Reconocer la esencial importancia de su Comunidad
para la realización de todo Ser Humano, pero al mismo tiempo exigiendo que Ésta
no pueda violar ni tan solo uno de sus
derechos como Persona.
La
mayor perversión de la actual cultura neoliberal no es sólo
su irresponsable depredación planetaria que amenaza con graves colapsos
socioambientales, sino principalmente el promover un Egoísmo feroz y
exacerbado que destruye sistemáticamente toda organización humana,
especialmente aquéllas basadas en la fraternidad y solidaridad, incluyendo la
Familia, y con ello deshumaniza dramáticamente al Ser Humano, al negarle así
participar de su Comunidad, esencial para alcanzar su pleno desarrollo humano
personal.
La
construcción de la SIQUIS y del Amor
Y en este proceso hominizador
simultáneamente individual y comunitario tiene un rol clave la “construcción
síquica” de un EGO personal fuerte y saludable, de clara individuación, pero
realizada en estrecha armonía y comunión con el Otro, en un sano y necesario
equilibrio vivencial con su Comunidad que asegure su entrega como Persona de su
máximo aporte comunitario.
Para
el EGO es existencialmente esencial el claro reconocimiento de un “Otro”.
La Libertad síquica propia del
Animal Humano le permite a éste “domesticar”, educar a su Siquis (Mente,
Inconsciente, Ethos, ¿”Alma”?), para “construir” no sólo un EGO sano y
constructivo, sino también para que su Siquis privilegie emociones y
sentimientos fraternos y solidarios, conforme al biológico condicionamiento
genético humano, en sus respuestas a las diversas solicitaciones de su Entorno.
Es decir, puede y debe educar su
Siquis hacia el Amor al que está llamado el Ser Humano en forma natural, desde
sus genes.
Se entiende como Amor en este
contexto, a esa emoción o sentimiento que experimenta el Individuo al sentirse
en íntima y total unión y comunión con el Otro, con el Entorno, con la
Humanidad, incluso con todo el Planeta y el Universo entero.
La emoción
del Amor debe ser “construida” por el Individuo trabajando sobre su Siquis y es
el mejor parámetro o evaluador del avance del proceso hominizador, de su
crecimiento y desarrollo personal, de cada Ser humano.
La Ciencia actual puede ayudar
mucho en este trascendente trabajo hacia el Amor, no sólo enseñando técnicas de
“gestión emocional-síquica”, reconocidas por la Filosofía perenne humana desde
hace milenios, sino también afirmando
que objetivamente el Ser Humano no está separado en absoluto de su Entorno. La
separación percibida por Él es sólo una ilusión de los Sentidos y que está en
realidad indisoluble y totalmente unido al Otro, a la Humanidad, al Planeta y a
todo lo existente.
En
este contexto la hipótesis de GAIA (El Planeta Tierra es un “Ser Vivo”) al
internalizarse en el Inconsciente Colectivo de la Sociedad, fortalecería
enormemente la “construcción” del Amor en la siquis humana y aceleraría
significativamente el tránsito hacia una Sociedad más justa, fraterna y
solidaria, de claramente mayor calidad de vida.
El equipo
humano
Un equipo humano se
conforma cuando un grupo de Individuos se reúnen para realizar una
determinada acción o construcción en común. En equipo la capacidad de
acción del Ser Humano alcanza sus máximos.
Ahora bien, el mayor y más complejo Cerebro humano también
permite que en todo grupo humano (Equipo, Comunidad, Colectivo)
emerja el Inconsciente Colectivo (Ethos o Siquis Grupal, ¿”Alma colectiva”?, Cuerpo
Místico, etc.), es decir un Ser, un Ente síquico, mental, emocional,
inmaterial, (¿”espiritual”?), producto de la Siquis personal del Ser Humano en
unión y comunión con todas las otras del
grupo.
Este Inconsciente Colectivo, este
Ethos grupal, es compartido síquica, emocionalmente, por todos los
miembros del grupo y es de enorme importancia en la construcción y acción
de todo equipo humano.
Un EGO
primitivo e inmaduro afecta gravemente la creación de este Ethos grupal y es
uno de los principales obstáculos para la conformación de un buen equipo.
La capacidad y potencialidad de
un Equipo humano, al igual que el Cerebro, no depende sólo de la cantidad
y calidad personal de sus miembros, sino fundamentalmente de la estrecha
interrelación, comunión e interconexión que exista entre ellos.
La
estrategia evolutiva de la Vida Planetaria ha consistido en crear individuos y
con éstos formar grupos, equipos, los que darán origen a su vez a nuevos
individuos, y así sucesivamente, combinando Individuo-Comunidad tanto en lo
Micro como en lo Macro existencial.
En lo
Macro, en el Universo, las Estrellas forman
Galaxias, éstas forman Metagalaxias, luego éstas los Supercúmulos, etc.,(¿¡ etc.!?)
Habrá
algún límite ? Y cuál sería ?
Las tradiciones orientales afirman que la gran
multiplicidad existencial observada en el Cosmos remite finalmente a un solo
Ser, un Cósmico Individuo Único que los
contendría a todos : El Todo, el Absoluto, el UNO.
“[ ¿
Será tal vez este hipotético Ser aquél que Jesús concibió como un Padre que conoce y ama a cada Ser Humano ?].”
La
Familia
La Familia es la comunidad humana
más elemental, básica y primaria.
Históricamente la horda
humana en los bosques primitivos, luego la tribu ancestral sedentaria, en
comunidad criaban y educaban a todos sus niños, considerándolos su garantía de
supervivencia tribal.
Sin embargo, las tribus, en
general, (y todavía hoy algunas) practicaron en ocasiones el infanticidio
(muerte al nacer el niño) por estas mismas razones de supervivencia tribal.
Esta necesaria pero brutal
decisión siempre fue tomada por la tribu, la comunidad, y no por la madre
ni algún eventual padre.
Nunca
se concibió la actual perversa idea neoliberal que la madre o ambos padres
tuviesen cierto derecho de “propiedad” sobre un hijo, incluso aún por nacer.
El Mito del Mesías,
presente en muchas culturas primitivas, destaca y simboliza la gran
importancia para la tribu de todo niño o niña, incluso en gestación :
Aquél podía ser el anhelado Mesías; ésta, su Madre.
Con el crecimiento demográfico y de
la cultura, la tribu entregó a los padres ( Familia ) esta gran responsabilidad
y honroso privilegio: Criar a los niños para luego devolverlos a la tribu
como adultos útiles a la comunidad.
Hoy
s.XXI con la supervivencia de la Especie humana, en cierto modo directamente
en manos del Hombre gracias a la Ciencia, la Familia está
adquiriendo nuevas formas y organización más modernas y funcionales.
Sentido del Deber y el Trabajo
Finalmente sólo dentro de una
Comunidad puede concebirse el Sentido del Deber y ésta es el adecuado contexto
social donde el Trabajo (servicio al
Otro) alcanza su pleno sentido y significado, especialmente el trabajo en
equipo.
A través del Trabajo el Hombre
participa activamente como coconstructor del Planeta.
Y
sin un sentido del Deber el individuo no puede experimentar la saludable,
sicológicamente muy necesaria y humanizadora “satisfacción del Deber cumplido”
(Kant), satisfacción clave para su realización personal y eventual
Felicidad.
El
profundo y extendido malestar social hoy existente proviene
principalmente de la egoísta soledad personal imperante en esta Sociedad
neoliberal que tiende a destruir sistemáticamente a toda comunidad creando una
deshumanizante ausencia de sentido de comunidad que impide reconocer Deber ni
Trabajo alguno, privando al Individuo de la humanamente trascendente e
insustituible satisfacción del “Deber Cumplido”.
Y
naturalmente el Dinero no puede suplir esta trágica ausencia de Comunidad y del
Sentido del Deber……aunque así lo parezca por la ilusión que produce el
Mercado moderno de poder satisfacer toda
necesidad humana.
Potencialidad
sociopolítica de la Comunidad
En este s.XXI, gracias al enorme
avance civilizatorio, cultural, científico y tecnológico, las Personas al organizarse
convenientemente están alcanzando un gran poder sociopolítico que les está
permitiendo producir significativos y profundos cambios sociales en sus
respectivas sociedades.
Claro ejemplo de esto se ha observado
en los procesos políticos sociales de la llamada Primavera Árabe, donde bajo la
presión de la población organizada, se produjeron drásticos cambios de regímenes gobernantes
arábigos.
Caso emblemático en este aspecto,
fue la caída del Imperio Soviético, donde la presión popular organizada no sólo
produjo la desmembración del Imperio, sino también un revolucionario y total
cambio de paradigmas socioeconómicos, culturales, políticos, etc., en tiempo
récord y prácticamente sin disparar una sola bala.
Y en
Chile las recientes movilizaciones ciudadanas espontáneas por mejoras en
pensiones y educación están promoviendo profundos cambios estructurales en esas
áreas.
Sin embargo, para asegurar la
correcta definición e implementación adecuada de eventuales cambios sociales por
parte de la Comunidad organizada, hoy
urgentes y necesarios para avanzar hacia una Sociedad realmente más justa y
fraterna, con auténtica mayor calidad de vida y libre de las amenazas
medioambientales actuales, se requiere la implementación de una Educación
fuertemente humanizadora a toda la población, que favorezca y acelere el crecimiento
y desarrollo humano-personal de todo Individuo, que permita y promueva,
liberándolo de la perversa influencia neoliberal, la libre expresión de la
condición genética fraterna y solidaria propia del Ser Humano, la cual lo conducirá
hacia su realización y plenitud humana y a toda la Sociedad hacia una sociedad que
garantice una auténtica mayor calidad de vida.
La Comunidad
Terráquea
La Humanidad se está
constituyendo como una Comunidad terráquea, es decir, como un enorme grupo
humano-planetario donde todo Ser Humano es valioso, distinto y diverso, único e
irrepetible.
Estas características permiten
crear un gran equipo de trabajo, donde cada miembro es necesario y útil (nadie
sobra), un colectivo planetario muy complejo y,
por lo tanto, capaz, enriquecedor, fuerte, creativo y potente.
Esta Comunidad, este equipo terráqueo, tiene aún mucho que crecer
y desarrollarse y está destinada a convertirse en el Cerebro del Planeta.
Y tal como sucede en el cerebro
humano donde cada neurona es importante y que ésta debe trabajar en estrecha
interrelación con todas las demás para
alcanzarse la máxima potencialidad cerebral, también en este planetario
equipo humano, es fundamental lograr el óptimo crecimiento y desarrollo de
cada uno de sus miembros, de todo Ser Humano, pero promoviendo simultáneamente la
máxima interrelación, interacción y comunicación con todos los demás para
alcanzar su mayor potencialidad planetaria.
Futuro
de la Humanidad y del Planeta
Toda especie viviente
aparecida en el curso de la evolución de la Vida en la Tierra, ha luchado
siempre por crecer y desarrollarse al máximo posible, hasta alcanzar un
equilibrio natural con su Entorno medioambiental.
¿ Cuál será el máximo de habitantes para
la Tierra ?.
La Ciencia con su Tecnología ha
estado contribuyendo fuertemente a aumentar cada vez más la cantidad de Seres Humanos y puede ayudar mucho más a
encontrar el necesario y saludable equilibrio humano-planetario que asegure alcanzar
una suma óptima de habitantes terráqueos.
Hoy la Humanidad, gracias a la
Ciencia, ha alcanzado un poder de acción sobre el planeta que jamás ha tenido
criatura alguna terráquea : Puede destruir por completo a la Tierra (no sólo lo
viviente ), abortando a esta semilla cósmica planetaria, pero también puede convertirla
en el Hogar paradisíaco de la Gran Familia Humana, contribuyendo así
significativamente a su evolución planetaria hacia cualquier eventual objetivo
cósmico.
Y en ese entonces el Inconsciente
Colectivo Humano cubrirá totalmente al Planeta constituyéndose en la Siquis
Planetaria de la Tierra que significará un salto evolutivo gigantesco en su Vida
cósmica.
Sin
embargo, hoy, paradojalmente, la Humanidad bajo la nefasta influencia
neoliberal está amenazada con terribles catástrofes humano-planetarias.
La Hipótesis terráquea de GAIA
puede justificar y fortalecer un sano y constructivo optimismo respecto al
futuro de la Humanidad y del Planeta; optimismo muy necesario y urgente para
enfrentar con éxito los múltiples desafíos que se avizoran hoy.
Esta
hipótesis científica es la respuesta metafísica moderna al ancestral misterio
existencial humano que podrá competir con éxito con la actual perversa y
deshumanizadora respuesta neoliberal, crudamente nihilista y hedonista, y que
conduce a la Humanidad al colapso.
¡¡
GAIA será la Metafísica, la “Religión” del s.XXI ¡!
Un
hombre de la calle