Consideraciones generales
La problemática de la Libertad Humana, del “libre albedrío” del Hombre, es uno de los enigmas centrales del misterio Existencial Humano.
Reconocerla, definirla, precisar sus eventuales alcances y limitaciones, ha sido siempre preocupación constante y ardua tarea para teólogos, filósofos, sicólogos, moralistas, cientistas sociales, etc.
Históricamente el reconocimiento o negación social de una eventual Libertad plena del Ser Humano, se ha expresado indistintamente en función de las diferentes épocas y culturas.
El Destino, el Determinismo, la Predestinación, han pretendido ser respuestas a este complejo concepto libertario humano.
Hoy siglo XXI, en la Civilización Occidental, existe un amplio consenso para reconocer plenamente esta pretendida Libertad humana o “libre albedrío”, pues en ella se basan las diferentes normas sociales, morales, religiosas, legales, etc. para justificar la sanción moral y de justicia humanas, el premio y el castigo para ciertas conductas y acciones, la aprobación o el repudio social, etc.
Pero fundamentalmente en este “libre albedrío” cobra plena vigencia y significación el importantísimo y socialmente trascendente Sentido del Deber.
Sin reconocimiento del “libre albedrío”, podría experimentar el Individuo la “satisfacción del Deber cumplido” (Kant)?
Y solo en la Libertad Humana es posible reconocer una clara responsabilidad personal del Individuo en la dirección de su propia vida.
La actual educación cultural en esta Civilización se orienta a ampliar los espacios de libertad social del Individuo, pero también debe hacerle asumir plenamente su máxima responsabilidad personal.
El Animal Humano
El Ser Humano es, en principio, sólo un Animal que posee un Cerebro superior que le permite “tomar Conciencia de sí mismo”, es decir, percibirse, distinguirse, concebirse a sí mismo, como un Individuo separado de su Entorno. Y también, concebir, imaginar un Futuro.
En este contexto, esta capacidad cerebral de individualización personal se entiende como Razón. Y si bien esta Razón no puede darle certezas al Hombre, es una excelente guía para su aventura existencial.
Este Cerebro superior es capaz de organizar y almacenar una gran cantidad de Memorias. Estas Memorias tienen su origen básicamente en todas las Señales recibidas desde su Entorno, desde la Realidad (El Mundo), por el Individuo durante toda su vida, y que, luego de interpretarlas cerebralmente dándoles un Significado, las organiza y almacena como Información en su Cerebro.
En este contexto : Información = Señal del Entorno con Significado.
Conocimiento = Información organizada.
Y en las profundidades de este Cerebro se asienta su Campo Emocional, propio del Reino Animal y fuente de Bioenergías emocionales que mueven a la acción, tanto al Ser Humano como al Animal, en función y dirección de impulsos y pulsiones provocados o gatillados por diferentes estímulos.
Y a través de este Campo Emocional el Ser Humano está unido al Otro, a su Comunidad y a toda la Humanidad.
En el Animal todas estas bioenergías emocionales se manifiestan al menor estímulo incitándolo a la acción. Esta respuesta emocional animal es, sin embargo, automática, siempre inmediata, mecánica, sin posibilidad alguna de cuestionar, demorar, modificar y mucho menos negarse a la acción correspondiente al impulso emocional experimentado. Y esta respuesta emocional frente a un determinado estímulo es prácticamente la misma para todos los animales de una misma Especie.
La Siquis Humana
En cambio, en el Ser Humano como su Campo Emocional animal está íntimamente asociado con sus Memorias humanas almacenadas como Significados, conforma un Campo SicoEmocional (Siquis), característica fundamental, esencial, del Animal Humano.
Ser Humano: Feliz Simbiosis entre Emocionalidad Animal y Razón Humana, en un Cuerpo Animal.
Por lo tanto, en el Ser Humano el factor o elemento central al instante de provocar la reacción emocional automática de su Campo Emocional a un estímulo cualquiera, es el Significado, es decir,
Todo Significado tiene un claro origen racional y responde a una cierta Interpretación de un fenómeno de la Realidad percibido por el Individuo. Esta particular Interpretación puede constituirse en una Creencia específica con gran influencia emocional.
Esta Siquis Humana es, desde luego, particularísima, muy personal, propia de cada Individuo, prácticamente única e irrepetible..
Y a través de esta Siquis el Ser Humano se une síquicamente con el Otro, con sus Semejantes, y, por esta razón, todo grupo humano conforma un Inconsciente Colectivo (Jung), es decir, una entidad síquica propia característica (Siquis Grupal) que aparece en la unión y comunión de las Siquis personales del Grupo y, a través de éstas, crece y se fortalece. (¿¡Cuerpo Místico !?)
El Grupo Humano básico es el de la Familia.
El Libre Albedrío
Esta perspectiva existencial humana que le da su Cerebro superior, le permite, por consiguiente, al Animal Humano cuestionar sus impulsos emocionales y sublimarlos, reorientarlos, demorarlos o negarse a ellos, conforme a una personal e individualísima respuesta supeditada a un determinado Significado racionalizado por el Individuo en el estímulo recibido.
Nuevas Interpretaciones modificarán o crearán Creencias y éstas modificarán las respuestas emocionales del Individuo a la acción de su Entorno.
En esta liberación de la esclavitud emocional animal que obliga respuestas automáticas e invariables respecto a un cierto estímulo, en este control y capacidad de acción y manejo sobre su Siquis con su Campo Emocional, radica la auténtica libertad humana, un real, genuino y concreto “Libre Albedrío” en el Ser Humano,
Esta capacidad de acción sobre su Siquis, de manejo síquico, de control emocional, de independencia psicobiológica, esta libertad síquica, este “libre albedrío”, tiene una enorme importancia para el Animal Humano.
El Ser Humano puede ejercer su libre albedrío sólo al emanciparse de su rígido condicionamiento emocional animal.
El Libre Albedrío y la Humanización del Animal Humano
Esta trascendente libertad emocional le permite al Animal Humano trabajar activa y conscientemente en su proceso de Humanización, en su crecimiento y desarrollo humano, de evolución personal, para convertirse en Hombre pleno y maduro.
El Animal Humano, a diferencia de los otros animales, para alcanzar su madurez debe desarrollar un proceso de Humanización, en estrecha relación e interacción con su Comunidad (condición ineludible).
El Animal Humano debe conquistar primero su libre albedrío para aspirar a convertirse en Hombre, pero al margen de su Comunidad ni siquiera puede iniciar su proceso de Humanización.
Este proceso evolutivo humanizador del Animal Humano consiste, por una parte, en forjarse una definida y concreta individualización, es decir, su óptima individuación personal, la cual considera el desarrollo y maduración de todas sus capacidades y potencialidades humanas particulares y, por otra parte, consiste también en alcanzar la completa Humanización de su Campo Emocional Animal, en estrecha interacción comunitaria humanizadora con el Otro, con el Grupo, con su Comunidad, con la Humanidad toda.
El Animal Humano es gregario, comunitario, condicionado genéticamente a la Fraternidad y Solidaridad, virtudes comunitaristas hoy bloqueadas en esta Civilización por el enorme, perverso y deshumanizador egoísmo materialista imperante.
Sin embargo, cada Individuo puede acelerar y profundizar este proceso humanizador actuando personalmente sobre su Siquis educándola adecuadamente para que entregue ciertas respuestas emocionales predeterminadas en la interacción del individuo con su Entorno y, para ello, debe utilizar constructivamente su libertad síquica, su “libre albedrío”, puesto que le permite una concreta y definida acción sobre su Siquis.
Para esta importante tarea síquica educativa se requiere, en primer lugar, reunir más y mejor “Información” – y eliminar otra falsa o ambigua – la cual se organizará como mayor Conocimiento acerca de la enigmática y elusiva Realidad y, sobre todo, acerca del Ser Humano.
Es especialmente importante la Información para alcanzar el trascendente Conocimiento de Sí Mismo (Conocimiento de su Siquis).
Este mayor Conocimiento le permitirá luego al Individuo redefinir, modificar, cambiar o crear nuevas Interpretaciones de la Realidad, especialmente de orden existencial, con sus Significados y Creencias asociadas, con lo cual podrá reasociar, reprogramar y recombinar emocionalmente mejor sus Memorias para instalar en su Siquis nuevas combinaciones y programaciones psicoemocionales fuertemente humanizadoras que le permitan estructurar su óptima individuación y que, al mismo tiempo, favorezcan decisivamente la expresión de Emociones y Acciones cada vez más nobles y humanas como respuesta a los diferentes estímulos que recibe desde su Entorno, especialmente desde el Otro.
El Libre Albedrío y la Fe
Pero para maximizar esta capacidad creadora y constructora de nuevos significados y creencias que reeducarán su Siquis, le es muy útil y conveniente al Individuo hacer uso eficaz del poderoso instrumento síquico de la Fe.
Mediante el acto de Fe el Ser Humano puede crear, definir y aceptar ciertas Creencias que promuevan las necesarias e importantes emociones que induzcan acciones coherentes y consistentes con los objetivos fijados, en este caso, de clara humanización síquica.
Para utilizar la Fe “constructivamente” le es básico al Individuo disponer ampliamente de su libre albedrío.
Se entiende como Fe, en este contexto, a un acto de la Razón, mediante el cual el Individuo “apuesta” consigo mismo respecto a la veracidad de cierta interpretación de la Realidad e interactúa con su Entorno y consigo mismo en función de esta Creencia.
En esta trascendente tarea de “construir Creencias”, la Razón, cuando se apoya en la Intuición, alcanza su máxima eficacia.
Se entiende como Intuición, en este contexto, al Conocimiento inmediato y directo que surge desde la Siquis a la Conciencia del Individuo.
¿ Cuánto aporta a la Intuición personal el Inconsciente Colectivo?
Pero para que estos cambios racionales de interpretaciones, significados y creencias puedan producir los cambios síquicos emocionales requeridos, es indispensable, esencial, fundamental, un trabajo personal de internalización síquica emocional de estos nuevos Significados con sus nuevas Creencias asociadas, y, para ello, es crucial para el Individuo el pleno y total manejo de su “Libre Albedrío” que le permitirá realizar esta tan necesaria e indispensable internalización síquica que reeducará su Siquis en el sentido requerido.
Sin embargo, una nueva Creencia debe parecer razonable, plausible, “creíble”, para el Individuo a fin de que éste pueda realizar exitosamente la tan importante y esencial internalización síquica.
Existen numerosas y variadas técnicas, tanto modernas como ancestrales, para internalizar una Creencia profundamente en la Siquis.
El Libre Albedrío, las Virtudes y el AMOR
Y esta tan trascendente educación síquica puede realizarse no sólo a través del Pensamiento, es decir, intelectualmente mediante la creación e internalización de creencias humanizadoras, sino también a través de una acción humanizadora directa que ejecute el Individuo hacia su Entorno.
Gracias a su Libre Albedrío el Ser Humano puede realizar una acción no-emocional, es decir, una acción que no brota mecánica y directamente generada por la emoción específica correspondiente, gatillada desde su Campo Emocional, sino que nace desde su Razón y Voluntad. Pero esta acción no-emocional consciente y racional promoverá la manifestación y el fortalecimiento de esa emoción específica que se desea promover.
Esta es la enorme importancia de la práctica de las Virtudes. Las acciones virtuosas, especialmente las fraternales, internalizadas profundamente como Hábitos promoverán fuertemente Emociones humanizadoras en la Siquis humana las que garantizarán acciones solidarias, de fuerte compromiso con el Otro y con su Entorno, de evidente beneficio personal y social.
.La Emoción más hermosa, noble y humanizadora, cumbre de la Humanización del Animal Humano, es el AMOR.
Se entiende como Amor en este contexto, a esa Emoción que experimenta el Individuo de íntima y total unión y comunión con el Otro, con todo su Entorno, con la Humanidad, con el planeta y el universo entero.
Una auténtica educación humanizadora consiste principalmente en educar la Siquis de todo Individuo hacia su “autoconstrucción” síquica del Amor.
Una mayor Armonía en su interacción con el Otro y, en general con todo su Entorno, es para el Individuo clara señal indicativa de su avance Humanizador (“construcción” del Amor) y se traducirá en una mayor calidad de vida personal con más momentos de la esquiva y elusiva Felicidad, máxima universal aspiración síquica humana.
Hoy el Dinero ofrece la “Ilusión” de conseguirla; ilusión tremendamente deshumanizadora.
El Libre Albedrío y el Futuro
Pero también el pleno ejercicio de su “Libre Albedrío” le es muy importante al Animal Humano para utilizar fructíferamente su capacidad cerebral superior de imaginar, de concebir el Futuro.
Gracias a ella el Ser Humano puede realizar una trascendente y crucial actividad constructora de su Futuro, tanto sobre Sí Mismo (“autoconstrucción” personal) como sobre el Planeta.
Pero para maximizar esta capacidad constructora le es indispensable utilizar la Fe con la cual creará las Creencias más convenientes que, una vez internalizadas en su Siquis merced a la utilización de su libre albedrío, promoverán las necesarias e importantes emociones que inducirán acciones coherentes y consistentes con la “construcción “ planeada.
El Hombre “crea” lo que “cree” : Sin Fe no es posible “construir”.
Son especialmente importantes para esta actividad constructora humana todas aquellas Creencias que valoren y estimulen el Trabajo, acción constructora por excelencia, pero principalmente al trabajo en equipo, a través del cual el Hombre alcanza su máxima eficacia constructiva planetaria.
La práctica de las virtudes de la Fraternidad y Solidaridad son relevantes para la conformación de la Siquis Grupal de un constructivo Equipo de Trabajo.
Y determinadas Creencias acerca de la Realidad pueden ser tremendamente eficaces para entregar un marco ético y moral sólido, racional y razonable, humanista y ecológico, plenamente aceptable para el Hombre siglo XXI. Y pueden ser también muy eficaces para fortalecer en todo Individuo su Sentido del Deber, para mostrarle cuál es su auténtico Deber en todo momento y para darle la energía síquica necesaria para garantizar su fiel cumplimiento siempre.
Campañas Humanizadoras masivas
Los sorprendentes descubrimientos de la Ciencia actual, referente de gran credibilidad para el Hombre Moderno, acerca de la siempre enigmática Realidad, acerca del Hombre y el Planeta, sugieren Interpretaciones, Significados y Creencias Existenciales humano-planetarios fuertemente humanizadoras, de relativamente fácil Internalización síquica personal y que también podrían más fácil y más rápido incorporarse al Inconsciente Colectivo de la actual Sociedad (Siquis Social), sobre todo si se las difunde entre niños y jóvenes.
La Ciencia siempre ha reconocido a la Razón como su única guía.
Estas creencias científicas modernas internalizadas en la Siquis Social promoverán y favorecerán la emergencia y manifestación de emociones que inducirán en los Individuos las acciones correspondientes hacia los tan necesarios y urgentes cambios sociales que conduzcan a la Sociedad hacia una más humanizada y comprometida con el Ser Humano y el Planeta.
La moderna Hipótesis científica de Gaia: “El Planeta Tierra está “vivo” y crece y se desarrolla a su ritmo y medida”, por sí sola, puede producir una humanizadora revolución sociocultural planetaria.
Para lograr una efectiva y más rápida internalización en la Siquis Social de una nueva Cosmovisión, es posible utilizar modernas técnicas y recursos comunicacionales masivos. Y no es preciso alcanzar a toda la Sociedad en una campaña de cambio síquico, pues gracias a la estrecha interrelación síquica existente entre las Siquis individuales a través del Inconsciente Colectivo (Siquis Social), una proporción de éstas es suficiente para influir en forma determinante en toda la Sociedad.
Hoy, con los espectaculares avances de los medios comunicacionales sociales, ¿ cuál será la “masa crítica” social necesaria para producir la eclosión social de una nueva Cosmovisión?,
Conclusiones
Gracias a su libre albedrío, el Animal Humano puede participar activa y responsablemente en la “construcción” de Sí Mismo y de su propio Futuro, pero también en el de la Humanidad y en el de la Tierra.
Por lo tanto, es esencial para todo Individuo ejercitarlo y desarrollarlo para lograr un constructivo manejo de su Siquis y para ello debe trabajar el fortalecimiento de su disciplina mental para el control emocional, de su emancipación síquica de apetitos y pasiones, es decir, debe fortalecer y acrecentar su “dominio de sí mismo”, su “Fuerza de Voluntad”.
Así podrá ejercer su “libre albedrío” a voluntad con este propósito humanizador y constructor con gran beneficio personal, comunitario y planetario.
Un Hombre de la calle
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